Si la tabla de posiciones midiera cuánto amor propio tiene un equipo,Sport Boys sería campeón indiscutible. Pero nuestro torneo mide pulsaciones menos vitales y los puntos ya no le cuadran en las matemáticas a los rosados, que hoy cayeron de regresaron al foso de la Segunda División.
Esta noche cayeron ante César vallejo en el estadio de Trujillo y la autopsia confirmó que Boys perdió la vida luchando. Sin embargo, todos sabían que desde hace mucho tiempo atrás venían con una espada atravesada en la espalda, clavada por los propios dirigentes del club, desbordados por su ineptitud y ambición.
Sin pagar sueldos a tiempo, sin lugares adecuados para entrenador, sin la mínima inversión para refuerzos es imposible aspirar a otra cosa que al destino que hoy les toca vivir.
Los hinchas dolidos podrán putear a los jugadores desde la tribuna, pero ellos son solo víctimas. Carlos Orejuela tuvo mejores ofertas de otro club a mitad de año, pero decidió quedarse y dar pelea por salvar al equipo. Tanto peleó que en el partido ante Alianza Lima se desgarró e igual siguió jugando hasta que ya no pudo caminar.
A Sport Boys le toca ahora jugar en Segunda División y curar heridas. Los jugadores, el técnico, los dirigentes e hinchas tendrán que ser pacientes y conservar el corazón caliente, lo único con lo que cuentan para encontrar el camino de vuelta a Primera
FUENTE DEPOR.PE